·Leitmotive·

[Boletín Anti·Institucional]

domingo, septiembre 17, 2006

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Comentarios, producciones, recetas de cocina a: correo_leitmotive@hotmail.com

sábado, septiembre 16, 2006

Tapa ·Leitmotive·

Clitorial [péndulo sensible de la edición]

Dentro de leitmotive, digamos, entre las venas y tendones de este boletín, nadie juega a ser vanguardia, pero si alguno, entre todas las casualidades, alcanzara a serlo, acóplesenos a él en su fusilamiento [o en su gloria].
Las vísceras de estas páginas no están llenas de periodos, no sufren de tener noticias, son, a secas, reflejo de una situación que vive dando vueltas carnero, son, porque de eso han nacido, deseos de [r]evolución.
La finalidad prima de esta publicación es promover la confrontación discursiva, las relaciones dialógicas, es intentar que proliferen, si es posible en manera desmedida, las manifestaciones que todos, por ser humanos, primero, y estudiantes, después, deberíamos originar. Pretendemos avivar la insurrección de la palabra, causar una reacción en el lector, ser un liberomotor. Si la metástasis no se extiende, y morimos unilaterales, sépase, al menos, que pusimos nuestras letras en el intento.
No nos dedicamos a acomodar palabras bonitas [como cotonete, tómbola, cáustica] cual fichas de dominó, por tanto, esperamos no ser leídos como a ajedrecistas: somos carne viva.
[interludio]
•Leitmotive• rechaza los modales nobles [no quiebra, nunca, la servilleta en tres], la cordialidad y el respeto hacia las clases dominantes. Al revés, tiende su mano amiga a quienes se rompen la voz por un tiempo mejor, a los que amputan el tránsito, a los que no dejan de ser.

Salú!

leitmotive*

Sistemicia

.Acústico.

¡No me oyen!
¡Que yo grito y pataleo
y no me oyen!
¡Desarmo mis ropas
en su frente
y no me oyen!

¡Puedo erotizar
toda una vía férrea
y ustedes nada,
puedo vomitarles
en la cara!

¡Sólo siguen tetas
de perdigón,
herrumbran sus ojos
con la mañana,
yo soy caja y cuerda
y no me oyen!

Vengo a mearles los zapatos.

Cataléptico

Los ruidos [de molúsculos carnosos
en la garganta, de adenoides,
de gemido mudo]
entre frase y frase
inquietaban a la audiencia.

El gordo, con una boca
de pez globo,
baboseaba a Shakespeare,
cóncavo, con los brazos
[como palos borrachos]
hundiéndole los cachetes.

El público se conecta,
se ven ondas celestes
[de idea a idea]:
Ya todos piensan lo mismo.

La metamorfosis se produce
de pronto: en un resplandor
terminó convertido en escupida
[con moco].

Reminiscencia

Siente, de pronto, en el tren,
que el nudo de la corbata se subleva,
le inflama la sien, lo asesina,
que el reloj le fornica la muñeca
poniéndole las uñas moradas,
que los mocasines se rebelan en sus pies,
y son, tal vez, cien clavos oxidados.
La faja de la gorra le corta la piel,
el coágulo en sus ojos fosforece,
el aire lo apuñala en seco,
el arma se dispara en un sin fin
de pirotecnias sin sentido,
vomita [una baba espesa, finita]
y en una mágica contorsión
alcanza a decir
"es la memoria".

Sacrilegio

Punto nieve

Ver, ver para creer, ¿y escuchar, y sentir un poco el temblor en el dedo índice cuando se acerca la tarde? escuchar, entonces, para creer, y que te tiemble un poco el dedo...endemientras, ver alrededor, para espantar los monos a tiempo, quién sabe.
Hay gente con tan pocas satisfacciones que se emociona con ponerse shampoo en el rabo, con frotarse medio aloe en los pies. Y yo acá, creyendo más que nada en las montañas rusas, en mis dos manos, y en los oídos, sin poder dejar de ver en el tiempo un huevo roto.
Pensar en vos es como sentir un perrito en la boca, dice una cosa que escribí hace un rato, me parece fantástico.

Irreverente

Hablo a vosotros, hijos de Castilla, cómplices de las letras, acurrucándome en el sillón de los sometidos, ávido de hacer oír mi voz. De tal modo, quiero dar argumento [y creo que aquél identificará a quienes sufren la tradición secular de estudiar “El Latín”] con el único móvil de roer la estructura, aunque sea en las esquinas, de combatir a mano alzada la doctrina medieval, de escupir con fuerza la idea de lo inamovible.
Pido que abráis los ojos, discípulos de la estructura, ved que delante de vosotros ponen la piedra fundamental del delirio clásico, las barreras de contención del diálogo libre, las ataduras magulladas que someten nuestro grito de cambio, de renovación.
Giran, lo sabe usted y lo sé yo, incasables hipótesis que intentan justificar la existencia de cuatro niveles anuales de la materia que nos toca, unas, cercanas al academicismo inmaculado, otras, [mojadas con la baba de la resignación] próximas al discurso de lo establecido. El Orden, ¡Oh, señor, el Orden!, coagula incluso lo más efímero, el Orden y la putrefacta Inquisición de la Gramática nos encierra en el tormento de lo cúbico, nos asfixia en el terror de lo jerárquico, nos reprime en el error de lo sublime.
El latín, honorables, con su tono burlón y consecuente, sobrevive con el unívoco fin de jodernos la existencia, no hay hechos con los que podáis demostrar lo contrario. Podrá decir, su majestad, que es parte necesaria de vuestra formación, que entreteje los conceptos, que empápanos de glamour, que hablar como hablaban los muertos [no, ya, decir lo que ellos] es parte del prestigio, es la fórmula del sudor que tiñe nuestro intelecto. Yo digo, a simples modos (y más lejos de la nobleza no quisiera estar), que esta carrera, este Instituto todo, es un criadero de neo-clasicistas, un cadáver que se siente inmortal: un Conservador. ¡Saquemos de nuestras carnes el idioma de monasterio, la escuela medieval, la idea de que hablamos la prostitución de lo correcto! Si el latín es la lengua madre, ¡rebelaos, coño, cual puero en ebullición, virgen triste, chica santa, que cualquiera al que no le hayan mutilado el deseo puede, en suma, cambiarlo todo!

Siva y Kukulkan

Cuenta un códice perdido
que las bayaderas tántricas
volaron
sobre el Índico y el Pacífico
para abrazarse
con sus brazos y piernas
a los cuerpos dormidos
de los atlantes de Yucatán.

Los duendes cingaleses
y las brujas isleñas las guiaron
siguiendo las rutas
de las naves Rapa Nui,
sorteando tsunamis y tifones,
las aletas de los tigres tiburones
y las colas brillantes y escamadas
de las perversas sirenas de Tahití.

Llegaron al país
de jaguares y quetzales
donde crecían
como granos en la vaina
hombres y mujeres amasados
con sabrosa harina de maíz.
Donde a dioses,
crueles y lascivos,
se le sacrificaba
el corazón sangrante
de sus victimas
desgarrados al cortante filo
de la obsidiana.
Donde las ánimas
de mujeres parturientas
degollaban párvulos
en sus cunas.
Donde el demonio de la lluvia
devoraba
doncellas de ojos puros
arrojadas a sus aguas.

Las sacerdotisas de Siva
formaron un coro
junto a mujeres
de color de terracota.
Revolcándose
como simias sin pelaje
bajo la luz de la hembra luna
recogiendo
en la punta de sus lenguas
las gotas de rocío
dormidas en las hojas.
Perseguidas por guerreros
de sexo empenachado
y el deseo entigrecido
en la puntas de sus picas.
Indias desnudas
y bailarinas cubiertas
de hiriente pedrería
encendiendo
el deseo de los hombres
para que inundaran
sus vientres de sabia
y los llenaran de alegría.

El Ángel Exterminador

Persuadir


El silencio es la soberbia de la oscuridad.
Si alguien lee este verso, es probable que muera.
Si lee este otro, también.
El orden de mis versos no altera la muerte.


La palabra es la resistencia de la luz.
Si alguien lee este verso, es probable que este vivo.
Si lee este otro, también
El orden de mis versos no altera la vida.


El tiempo es el karma de la humanidad.
Si alguien lee este verso, es probable que todavía sea humano.
Si lee este otro, también.
El orden de mis versos no altera el tiempo.


Mientras nada lo alteren,
Mis versos seguirán siendo egoístas.

Pablo Sirio

sábado, agosto 19, 2006

[intro]

Este es el "blog", si tal cosa, verdaderamente, existe, de ·Leitmotive·
El mundo está afuera, sea humano, manifieste.
Salú!
·Leitmotive·

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